martes, 29 de noviembre de 2011
Un día para recordar
Bueno, hoy que es que haya pasado cosas alucinantes. Más bien ha sido un día tranquilo. Me he levantado supercansada, es lo que tiene pasar la noche tosiendo, que dormir no se duerme mucho. Y he llevado a Pequeño al colegio, que está cerca, y ha sido gracioso, porque me ha preguntado si le podía cantar, y yo, que no le se decir que no cuando es tan cute, pues me he puesto a cantar una canción del dinosaurio rosa que me da mal rollo, más conocido como Barney. Y de pronto me dice que no, que en inglés no cante, que le gusta cuando canto en español. Y entonces me he puesto a cantar la canción del señor Don Gato.
Lo que ha hecho especial este día ha sido que hace tres años que conocí a mi Chico, aunque no empezamos a salir entonces, solo nos bacilamos mutuamente y nos reímos muchísimo. Pero el día para mí es especial, y sobre todo cuando estoy yo aquí, y el allí. Entonces yo me he pasado el día pensando en él. Pero el muy cabrito tiene la suerte de un calvo, y se ha encontrado a Viggo Mortensen en una cafetería cualquiera de Madrid, le ha saludado y le ha dado la mano. Y es que sí, es un tío con mucha suerte.
Para rematar hace dos meses que llegué a Los Ángeles. Y sinceramente estoy orgullosa de lo mucho que progresado en este tiempo. Ya no solo en madurez y experiencia, si no en nivel de Inglés, además, que no se si lo sabeis, pero también estoy aprendiendo un nuevo idioma. Como la Maijós es iraní, pues estoy aprendiendo algo de farsi, o persa, como lo quieras llamar. De momento me gusta, es divertido ir aprendiendo un nuevo idioma, de momento puedo decir que quiero o no quiero, algunos alimentos, dar las gracias y despedirme.
Se me olvidaba contaros la anecdota de mi pretendiente. Resulta que cuando voy con Pequeño por el vecindario, el niño saluda a los jardineros del barrio, y ellos le saludan a él. Bueno, pues la semana pasada, con la excusa del niño, uno de estos jardineros se me acercó para decirme lo majo que era el niño, y así de paso me invitó a un café. Yo le dije que no, que tenía cosas que hacer. Le dije eso por no ser una borde y llamarle viejo verde. Bueno, pues no se daría por enterado cuando hoy se me ha vuelto a acercar, diciendome que estaba disponible para mí, que si que sonrisa tan bonita, BLA BLA BLA. Así que he declinado la oferta, y él ha insistido de nuevo, así que he tenido que ser cruel y le he dicho: "Es que yo podría ser tu hija". En realidad podría haber sido peor y decirle que podría ser mi padre. Que aunque es lo mismo, como yo se lo he dicho saco a relucir mi juventud, y de la segunda manera, saco a relucir su vejez. El caso es que el hombrecito se ha quedado con la cara a cuadros y yo he seguido mi camino.
Y no mucho más. Hoy voy a poner una foto que hice hace mucho tiempo, pero que me gusta, y la comparto con vosotros.
Besos rojos Everybody.
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