Cuando el descubrimiento de América era el gran mérito de las altas autoridades españolas, fueron muchos los extremeños que se fueron a la aventura al nuevo continente. No sé si les impulsó el afán de fama, la ambición, el hambre o el nada o poco que hacer que tenían que tenían a este lado del Atlántico. Fuera como fuese, da igual, Francisco Pizarro o Hernán Cortes que suenan a personajes valientes y valerosos que consiguieron una gloria geográfica para su patria, aunque no fuera para siempre. Y bueno, no es que tenga la intención de liarme a mamporrazos cuando llegue al continente americano, ni a evangelizar a ningún infiel,, mi intención es poder ir allí y vivir con los americanitos durante un año sin morir en el intento.
Bueno, esa es la intención, ahora la ambición es hacer lo que hicieron otros muchos a lo largo de la historia, y es dejar el nombre de Extremadura bien alto, o por lo menos que les suene algo más que una región española cerca de Portugal. Simplemente quiero disfrutar de la experiencia de ser Au Pair, conocer a sus mayores a través de los niños, vivir la aventura de la universidad americana y poder viajar todo lo posible para que cuando le tenga que contar a mis nietos lo que hice en el 2011 y 2012, tenga que sacar tirar de un diario, como espero que sea este, porque mi memoria no podrá alcanzar a contarles cada detalle de mi pequeña aventura. Porque si todo sale bien, y consigo alcanzar mi meta, podré escribirlo y recordarlo, y bueno, ustedes podrán leerlo, siendo testigos de que esta extremeña consiguió conquistar Estados Unidos con una sonrisa.
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