Lo sé, os tengo abandonados, hace diez días que no escribo, pero es que una mudanza tiene su miga y la vuelta a la normalidad, que por fín ha llegado a mi vida. Como los niños van a las nueve al colegio, en vez de a las ocho, pues duermo algo más de rato por las mañanas.
También hace mucho más frío que en L.A., pero solo nos ha nevado un día, pero al día siguiente no quedaba nada, al parecer las nevadas tardaran unas semanas en caer. Por mí mejor, que la nieve sí, muy bonita, pero supongo que cuando no pueda salir de casa en tres días por culpa de la nieve empezará a no gustarme tanto.
Vistas desde mi terraza trasera el día de la nevada |
Por otro lado el frío no es mucho mayor que un invierno en Madrid, yo aprovecho para ir con mis sobreritos, mis gorros, mis bufandas y guantes, ya sabeis que yo aprovecho la mínima para accesorizarme y encontrar mi estilo.
Investigando he encontrado un Mall a cinco minutos de casa en bus, y también he localizado la biblioteca de Bethesda, que tiene buena pinta. Aunque de momento estoy servida con los libros de Reyes. Porque mi chico me ha regalado el cuarto de la saga de Eragón, y yo me he autoregalado El Camino de Miguel Delibes y Drácula de Bram Stoker, este segundo en una edición preciosa de piel que me encanta. Estoy leyendome los dos últimos, el español cuando voy en el bus o estoy fuera de casa, como es pequeño se lleva bien en el bolso, además, lo compré en Amazón de segunda mano, y está lleno de traducciones por los laterales de las páginas, tiene como su propio encanto. Y Drácula me lo estoy leyendo en casa, despacito, pero a buen ritmo, el problema es que al ser tipo diario tiene mil y una descripción, y con descripción vienen como veinte palabras por página que no conozco, y traducirlas entorpece bastante, pero por otro lado, de momento se varios tipos de árboles y como describir montañas y paisajes invernales algo oscuros y con todo lujo de detalles. En fín, estoy volviendo a leer y no hay nada que me guste más.
Todavía no tenemos Internet, pero los vecinos nos dejan el WiFi, en serio, no tengo que robarlo, ellos me dieron la contraseña. Pero como tampoco tenemos tele pues por las noches, cuando me he cansado de leer me veo un par de capítulos de Friends, que por suerte tenía la serie entera guardada en mi disco duro externo y me ameniza las noches desde hace un par de semanas.
No se me ocurre mucho más que contaros, espero escribir pronto.
Besos Rojos
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