Diferencias

Ayer cuando fui a buscar a los niños al colegio me di cuenta de algo. Cuando iba al colegio de los niños en LA solía  arreglarme un poco, en plan, no ir con el pantalón del gimnasio, pintarme un poco y llevar una camiseta decentilla. Porque cuando estoy en casa con los niños suelo ir en plan chandalero, que no en chandal, porque yo no uso chandal desde que acabé el instituto. El caso es que cuando Maijos me decía de ir al colegio yo pues me apetuscaba un poco. Pues aquí eso pues no pasa tanto. Cierto es que aquí entre abrigo, gorro, bufanda y botas no dejo mucho margen al resto de mi vestuario. Aún así tampoco es que vaya como voy en casa, pero no me esmero en ir tan bien. Y ya se porqué. Las madres de Los Angeles eran madres con tipazo modelo, gafas ultrafashion, bolsos caros y vaqueros minùsculos, siempre con una manicura impecable y ya no hablemos de las melenas. Pues eso aquí no pasa, y me gusta, las madres van con el abrigo viejo y cómodo, con las botas calentitas y una coleta. No es que vayan mal, es que van normal, son madres que cuidan de sus hijos, no que van a una pasarela. En serio, la diferencia es grande.

Y poco más, hoy mientras los niños estaban en el cole me he ido a dar un paseo que ha terminado en un bosque que hay al lado de casa que mola bastante, bueno, es bonito de día aunque es digno de Sleepy Holow de Tim Burton, así que mejor ahorrarse el paseo nocturno, no quisiera encontrarme con ningun caballero sin cabeza.

Especial mención a Vic, que me aguanta, me apoya y después de este año se va a ganar el premio al Novio del Año, y que a mediados de marzo viene a verme y estoy emocianadisima con su visita.

Muchos besos rojos y ya os iré contando como va todo por aquí. Ciao bellos