En la tierra, mi tierra

Bueno, hoy hace dos semanas que me dijo la última familia bye bye y bueno... me impaciento, y mira que estoy ocupada. Pero como dice mi madre hay que tener paciencia.
Ahora, estoy en mi pueblo, en casa con mis padres, mi sister y mi queridisima niña saharaui, que es la que me saca un par de sonrisas cada día. Por las mañanas, a las ocho, me voy a andar una horita y pico con mi madre hasta la dehesa de mi pueblo, y luego tengo que trabajar, al igual que por las tardes, pero si me doy un poco de prisa salgo a buena hora y disfruto de una horita o dos de piscina y así estoy, de aquí para allá, con mi niña saharaui y consiguiendo unas buenas dosis de pueblo, para cuando me vaya no tenga síndrome de abstinencia. Aunque me temo que lo extrañaré de todos modos.
También estoy echando de menos a V, mi chico. Estoy demasiado acostumbrada a él... Los cambios no son demasiado grandes, pero poco a poco todo va mellando y una no es de acero, y aunque disfruto mucho de estar aquí, y ahora mismo no quiero ir a Madrid, ni a ningún otro sitio, sólo que supongo que hoy no es mí día, y es que el proceso de elección de familia es demasiado duro en algunas ocasiones.
Aquí me quedo, conquistando Extremadura, contando las horas para que sea viernes y esperando que todo vaya como tiene que ir.
Besos rojos